Ilustración: Hugo Alejandro González

Cantos navajos

Los navajos son el grupo indígena más numeroso de Estados Unidos. Tienen una bandera, autoridades y sistema judicial propios. Poseen además una lengua casi indescifrable para los extraños.
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Sobre los navajos hay 18 páginas en la Wikipedia (nation, grammar, weaving, etc.); y muchos descendientes de navajos tienen su propia página. Como si fuera poco, hay una Wikipedia en navajo (Wikiibíídiiyají Yá’át’ééh!). Buscar navajo en Google arroja cincuenta millones de páginas.

Son el grupo indígena más numeroso de los Estados Unidos: unos trescientos mil (más que la población de muchos países miembros de las Naciones Unidas). La mayor parte vive en Arizona y Nuevo México, territorios que fueron de la Nueva España. Llegaron de Canadá. Son relativamente autónomos en setenta mil kilómetros cuadrados (una extensión como la de Irlanda). Tienen su propia bandera, autoridades y sistema judicial. También estaciones de radio, periódicos, escuela técnica y universidad (todo en navajo).

En inglés son llamados navajo, que deriva del español del siglo XVII, a partir de navahu, ‘valle de campos cultivados’, nombre que les dieron los tewa. En su propia lengua se llaman diné, ‘gente’. Es una lengua tonal de la familia atabascana, casi indescifrable para los extraños por su singular gramática (la Wikipedia le dedica una página aparte). Esto fue aprovechado por las fuerzas navales en la Guerra del Pacífico. Reclutaron navajos como operadores de radio para encriptar mensajes en su lengua. La pe- lícula Códigos de guerra (Windtalkers, 2002) está basada en ese episodio.

Los navajos tienen una cultura abierta a la innovación. Empezaron como nómadas y se volvieron pastores, mineros, agricultores y artesanos. Hacen sarapes coloridos, famosos por sus figuras geométricas. También alfarería. Desde fines del siglo XIX han desarrollado la platería que aprendieron de un mexicano, pero asimilaron a su estilo.

Amazon vende docenas de libros, discos y videos con temas navajos. Algunos están en YouTube.

Urraca matutina

¡La urraca! ¡La urraca!

Debajo,

en lo blanco de sus alas

están los rastros de la mañana.

¡La aurora! ¡La aurora!

Ardilla alerta

La ardilla con su camisa

está allá de pie.

La ardilla con su camisa

está allá de pie.

Esbelta,

está allá de pie.

Rayada,

está allá de pie.

Fuente: José Coronel Urtecho y Ernesto Cardenal, Antología de la poesía norteamericana, Madrid: Aguilar, 1963, p. 24. Hay otra versión en Brian Swann, Song of the sky. Versions of Native American song-poems, Amherst: University of Massachusetts, 1993.

Deseos

En el sendero regado de polen, caminar.

Con chapulines a mis pies, caminar.

Con el rocío a mis pies, caminar.

Con la belleza, caminar.

Con la belleza ante mí, caminar.

Con la belleza tras de mí, caminar.

Con la belleza sobre mí, caminar.

Con la belleza a mis pies, caminar.

Con la belleza a mi alrededor, caminar.

En la vejez, vagando

por un sendero vivo de belleza, caminar.

En la vejez, vagando renacido

por un sendero vivo de belleza, caminar.

Todo termina en belleza.

Fuente: Franz Boas, Primitive art, New York: Dover, 1955 [primera edición de 1927], pp. 327-328. Hay otra versión en John Collier, Ira Moskowitz, Patterns and ceremonials of the Indians of the Southwest, New York: Dutton, 1949, p. 33.

Caballo de dios

Voz potente del caballo turquesa de Johano – ai.

Magnífica la piel y los arreos

con pieles de ciervo, de castor,

de búfalo, de león.

Con sarapes que caen

hasta las patas.

Alimentado

con capullos de flores,

con agua de veneros,

de nieve, de granizo;

con agua de las cuatro partes del mundo.

Cuando camina,

brilla el polvo que lo envuelve.

Cuando galopa,

brilla el polen del sol que lo baña.

Y las manadas de caballos de Johano – ai

crecen y crecen.

Fuente: William Brandon, The magic world. American Indian songs and poems, New York: William Morrow, 1971, pp. 60-61. Hay otra versión en Brian Swann, Native American songs and poems. An anthology, Mineola, ny: Dover, 1996, p. 4.

Canción del cazador

Viene el ciervo a mi canto.

El mirlo fascinante para el ciervo

soy yo.

Viene el ciervo a mi canto.

De la cumbre de la Montaña Oscura

baja el sendero florido.

Viene el ciervo a mi canto.

Entre el polen de las flores,

entre las gotas de rocío,

viene el ciervo a mi canto.

Fuente: Brian Swann, Native American songs and poems. An anthology, Mineola, ny: Dover, 1996, p. 5. Hay otras versiones en John Bierhorst, The sacred path. Spells, prayers and power songs of the American Indians, New York: William Morrow, 1983, p. 75, y George W. Cronyn, The path on the rainbow (1918) que está en la web (buscar Navajo Hunting Song).

Canto de la montaña

La voz que hace la tierra admirable

una y otra vez resuena

entre nubes oscuras.

La voz del trueno,

la voz de arriba,

la voz que hace la tierra admirable.

La voz que hace la tierra admirable.

La voz de abajo,

la voz del grillo entre las plantas

cantando una y otra vez.

La voz que hace la tierra admirable.

Fuente: Brian Swann, Native American songs and poems. An anthology, Mineola, ny: Dover, 1996, p. 6. ~

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(Monterrey, 1934) es poeta y ensayista.


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