Bitácora electoral No. 19: Después del segundo debate

Donde se enumeran los saldos de los segundos encuentros entre candidatos a la presidencia y candidatos a la jefatura de gobierno de la Ciudad de México.
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El pasado domingo 20 de mayo, los cuatro candidatos presidenciales se reunieron en el gimnasio de la Universidad Autónoma de Baja California para el segundo debate. En esta ocasión estuvieron acompañados por 42 ciudadanos que representaron a la población de Tijuana, de los cuales seis les hicieron preguntas sobre comercio exterior, seguridad fronteriza y migración.

El primer debate presidencial con el formato de asamblea participativa no cumplió con las expectativas debido al desempeño de los candidatos, quienes evadieron varias de las preguntas que se les hicieron o las respondieron de manera superficial porque usaron su tiempo para intercambiar insultos. Además, se valieron de argumentos falsos o engañosos para atacar a sus contrincantes o impresionar al electorado.

En cuanto a sus propuestas, se concentraron principalmente en uno de los tres ejes del debate: los derechos de los migrantes. Andrés Manuel López Obrador propuso revivir la Alianza por el Progreso, Jaime Rodríguez Calderón sugirió cobrarle a Trump por aquellos migrantes mexicanos que, habiéndose formado en México, llevan carreras exitosas en Estados Unidos. José Antonio Meade planteó servicios de salud y oportunidades de empleo y educación a los migrantes deportados y Ricardo Anaya opinó que México debe recibir con los brazos abiertos a quienes huyen de las guerras y de los desastres naturales. Sin embargo, estas propuestas lucen insuficientes para resolver los problemas que enfrentan quienes viven del otro lado de la frontera. Para Antonio Alarcón, activista dreamer cuya historia contó León Krauze durante el debate, sus “derechos están más vulnerables que nunca” porque se encuentran al margen de dos gobiernos que los ignoran.

Según los principales diarios nacionales, el debate fue pobre en propuestas debido a las confrontaciones que protagonizaron los candidatos y que dejaron fuera temas cruciales como la renegociación del TLCAN, las alianzas comerciales con China y otras naciones, el lavado de dinero y el tráfico de armas y drogas. De acuerdo con Luis Rubio, presidente del Consejo Mexicano de Asuntos Internacionales (COMEXI), después del debate hay dos paradigmas en materia de política exterior: la propuesta de López Obrador que se “olvida de lo exterior para concentrarse en la reconstrucción del interior” y los planteamientos de Anaya y Meade que consisten en una “extrapolación de lo que ya existe sin pensar cómo transformar el futuro de México en política exterior”. Por su parte, José María Ramos, investigador del Departamento de Estudios de Administración Pública del Colegio de la Frontera Norte (Colef), considera que “el problema no es bajar o subir el IVA en los estados de la frontera norte, sino las capacidades de gestión financiera multinivel para implementar una agenda para el desarrollo”.

Aunque cada candidato se declaró como el ganador, las encuestas revelaron información diferente. De acuerdo con la encuesta que Massive Caller hizo a 2000 mexicanos, Anaya fue el vencedor con 35.14% de los votos, solo dos puntos por delante de López Obrador. Por otro lado, el 27% de los encuestados por De las Heras Demotecnia le dieron la victoria al candidato de Juntos Haremos Historia, mientras que 21% opinaron que el frentista ganó el debate.

Según cifras de Nielsen IBOPE, el segundo debate fue visto por 12.6 millones de personas mayores de 18 años, 1.2 millones más que el primer debate, lo que significa que 1 de cada 2 televidentes lo sintonizaron. De tal manera que desplaza al ejercicio anterior y se convierte en el debate presidencial más visto en la historia. En medios digitales también superó al debate del mes de abril, con seis veces más menciones de #DebateINE, y fue tendencia mundial en Twitter.

Ante este panorama de insultos y pocas respuestas concretas, los ciudadanos estamos a la espera de que en el último debate las propuestas no sean olvidadas. El último debate presidencial retomará el formato del primer debate y la participación ciudadana será a través de redes sociales.  

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Las propuestas decepcionantes no fueron exclusivas del debate presidencial: el segundo debate entre los candidatos a la jefatura de gobierno de la Ciudad de México tampoco le aclaró el panorama a los ciudadanos. Los siete candidatos presentaron sus propuestas sobre economía y desarrollo social –entre las que destacan la creación de empleos, la entrega de tarjetas, el incremento del salario, el uso de energías renovables y el rechazo al aumento de impuestos–, sin  aclarar cómo las llevarían a cabo. También intercambiaron acusaciones y retos, principalmente entre Mikel Arriola y Alejandra Barrales.

El tema de la noche fueron las omisiones de Sheinbaum para atender a las víctimas del sismo del 19 de septiembre en Tlalpan. Durante el debate, la candidata de la alianza Juntos Haremos Historia no respondió a las acusaciones de sus adversarios y se limitó a externar su solidaridad hacia las víctimas. Días después declaró que no se siente responsable del caso. La Fundación Barra Mexicana A.C., que representa a 17 de las 26 familias afectadas por el derrumbe del Colegio Rébsamen, pidió a los candidatos respeto hacia los deudos y no utilizar la tragedia con fines electorales.

A la par de los debates entre candidatos a la jefatura de gobierno, el Instituto Electoral de la Ciudad de México ha promovido los encuentros entre los candidatos a alcaldes; pero el de alcaldía de Venustiano Carranza fue cancelado por la falta de interés de los candidatos.

 

 

 

 

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